“Está mejor, tratándose y descansando un poco”. Es el único mensaje que filtra a través de los muros discretos de la Casa de Santa Marta, el hotel del Vaticano, donde se aloja el Pontífice.
El descanso y los cuidados de los médicos deberían demostrar la importancia para la salud inevitablemente más frágil del pontífice de 88 años.
Comentarios (0)
Comentarios de Facebook (0)