Con la segura caída de François Bayrou, el país se enfrenta a la posibilidad de tener su quinto premier en menos de dos años, a una crisis económica y a la amenaza de nuevos disturbios civiles, si no se resuelve el estancamiento parlamentario en los próximos días.
Quién será el próximo jefe de gobierno es una verdadera incógnita, en medio de llamados a la disolución de la Asamblea Nacional y a elecciones anticipadas.
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